Hoy por la noche comenzará en China el Año del Tigre, cuyas celebraciones se verán limitadas en las grandes ciudades por precaución contra la pandemia, en un momento en el que sobre todo Pekín intensifica la prevención por los Juegos Olímpicos (JJ. OO.), que comenzarán el próximo viernes.
China ha registrado en enero diversos rebrotes a lo largo de su geografía, incluyendo el primero por la contagiosa variante ómicron en la ciudad nororiental de Tianjin.
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Pese a que Tianjin ya declaró "una victoria completa" contra el brote la semana pasada tras aplicar los métodos habituales de confinamientos selectivos y campañas masivas de pruebas PCR, otros lugares como la provincia oriental de Zhejiang o la nororiental de Heilongjiang han visto su número de casos crecer en las últimas horas.
Los días festivos en el país asiático se extenderán desde hoy hasta el próximo sábado, pero los chinos se enfrentarán durante este período a restricciones de viaje y a suspensión de eventos tradicionales.
Año nuevo, mismo manual
Poco ha cambiado en la estrategia china desde que hace aproximadamente un año comenzara el Año del Buey que acaba hoy: sigue manteniendo a rajatabla una estrategia de cero tolerancia contra el coronavirus, que incluye restricciones a los desplazamientos y pruebas PCR masivas allá donde se detecta algún caso, además de mantener las fronteras cerradas para no residentes.
El manual permanece inalterable pese a una exitosa campaña de vacunación que ha administrado ya, según datos oficiales desvelados hoy, más de 3.000 millones de dosis entre una población de 1.412 millones de habitantes.
De momento, no hay ninguna señal de un posible cambio en la estrategia y, si lo hay, es para endurecerla en momentos delicados como este Año nuevo lunar.
En este período, los chinos suelen a volver a sus lugares de origen, costumbre por la cual se esperan 280 millones de viajes en tren y 600.000 vuelos en el país durante este período festivo.
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Para minimizar el riesgo de contagio, numerosas autoridades locales han animado a los residentes a pasar la fiesta en su lugar habitual de residencia, para lo cual incluso han preparado recompensas de hasta 500.000 yuanes (78.730 dólares, 69.000 euros) a las empresas que logren retener a sus empleados en la ciudad.
Además, a lo largo de todo el país, ciudades como Shenzhen, Hangzhou o Tianjin han cancelado eventos tradicionales de la nochevieja lunar como la celebración de ferias y mercadillos o las reuniones en templos.
Las restricciones se extienden al interior de las casas: en ciudades chinas como Shanghái se ha pedido que las reuniones familiares en los hogares no superen los diez asistentes.
Asimismo, los chinos que se desplacen habrán de consultar las cambiantes regulaciones de entrada de las diferentes provincias y ciudades, varias de las cuales exigen pruebas de ácido nucleico negativas a la llegada y restringen el acceso a aquellos que hayan pasado por zonas consideradas de riesgo.